domingo, 11 de junio de 2017

Carolina, la confidente

Una vez nada más
Se entrega el alma
Con la dulce y total
Renunciación...
(Agustín Lara)


Esta niña hermosa luego sería, de grande, Carolina. Una confidente única.

Nos conocimos hablando muy casualmente, pues atendía "el cyber" de la otra cuadra y era de esas personas con las que "congeniás" inmediatamente.

Ambos con pareja, ella creo que años luego se casó, y finalmente tuvo la familia con hijitos que quería. Y yo con la mujer que más amé...

Ella era mi confidente, pues casi sin percatarme hablaba constantemente de mi pareja, pero no me lo hacía saber: me escuchaba pacientemente.

Una amistad magnífica, llena de paseos al parque y cosas realmente profundas. Me marcó muchísimo un momento en que, hablando de mi pareja, finalmente lloré.

Carolina, muy astutamente, me dijo: "¿vos te diste cuenta que digas lo que digas de tu pareja, nunca hablás mal?".


"¿Te diste cuenta, que aún sufriendo, son todas palabras de amor?"... Eso me lo dijo, inteligentísimamente, quizás 1.000.000 de palabras después, ya adentrados en nuestra amistad.

Y lloré... y me abrazó; Carolina, la sabia confidente.

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